Es verdad, tantos esperando no sé qué cosa
y ese nunca dar.
Un ladrido de perros arrellanados en jauría, un amor,
un viento del sur, un huayra del norte
y entre tanto vaivén, amigo,
olvidé olvidarte.
Y es así como buscás ese interlocutorque apenas existe,
que se traduce en poema
pero no habla,
que tiene un ojo inmenso
pero no te mira,
que tiene un cuerpo
pero que no transita
esos interminables kilómetros que llevan a nada.
Porque la nada es la nada absoluta
cuando no se produce el encuentro.